Y que andaba yo en la rechinantemente nueva oficina oreándome los pies cuendo me habla el Carlo y que me dice hey mai, toquemos en el Hard Rock.
Y que tocamos en el Hard Rock.
Y que nos aplauden de a montón.
Y que nos piden otra.
Y que me regalan bebidas embriagantes de cuestionable alcurnia diamontón.
Ese wey ya puede tener la mano de mi Mariantonietita.
¿Qué tampa?
Amé esta noche. La amé con odio jarocho, gracias.
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De regreso comí el jodó más pinche delicioso que he comido en toda mi champurrada vida. Así mamón. Mamón mamón.
Duro, mamón.
Excedido, mucho muy. No duró ni para la foto del recuerdo. Snif.
No, en realidad no son muy sensacionales, tienen fama de que ocasionan malestares estomacales terribles, monstruosos. A ti seguro no te paso nada porque eres rockstar y eso te da cierta inmunidad a todos los males y desgracias del Universo.
ResponderBorrarjajaja..yo sobreviví buena partede mis años en la universidad con el combo del par de vikingos y la coca por 15 varos..amén.
ResponderBorrarpor que no avisas? hubiera ido. no, no por el hotdog, a oirte.
ResponderBorraryo he tenido a veces el mismo sueño... ah! y los vikingos son lo más chingón que puede haber (después de la Coca-Cola)
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