12.3.08

El viernes

caminaba yo por uno de los estrechos pasillos de mi compacta escuela. Todo andaba en orden, cuando de pronto:

¡Ohh, gloria y alabanza a los magníficos fenómenos de la naturaleza que nos ilustran sobre la estructura de la realidad y la mente humana!


Luego el poli de la entrada me corrió según que porque mi humanidad postrada ante la belleza estorbaba el paso de los estudiantes.

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