Pocas cosas hay como esa rara euforia (yo la relaciono con las funciones del aparato digestivo) que provoca esuchar las primeras gotitas de lluvia, cosa que se ha vuelto rara en la cuidad... tin. tin. tin. tin. tiPFRWUUOOSSHHH(onomatopeya para un rayo), cayendo y volviendo nítidas las maravillas capitalinas, como el reptilesco pavimento o el horizonte brillante, pero sobre todo el silencioso caos que se posa sobre los bonetes de toda la banda loca defeñesca.
Añadir un chingo de mota y ataques recurrentes de insomnio salvaje *toy muy frito*

¡Brraashhhdraghhbptfffsss!
Son las dos y media de la mañana y creo que me va a dar un infarto. Pero no importa porque llegué a una importante conclusión: los Simpsons por más de cinco horas seguidas equivalen a cuatro dosis de ácido lisérgico (...)
En este momento siento la llamada de Pink Floyd y uhhh, delicioso platillo sensorial... ¡Chinchulines! por cierto, ¿asistió usté a la exposición de Storm Thorgerson? está cabróóón, por eeesta, neta que se gana un 'fshhhh-fshhhhhhhhhhh tombs op'.
Volviendo un poco... menaaah. Volver es para los débiles. Total, un trago de brillo obscuro a nadie le hace mal.
Ejeehm... es tiempo de sacar la libreta negra (cuya foto ando deseoso de compartir en el acto), y bitacorear el pedo. ¡Wuhuuuuh!

Libreta negra homóloga indiscutible de la espada de He-Man
La simbiosis-hermandad-comunión que enfermizamente desarrollé para con susodicha libreta -y temo no ser el único-, fue maggeeestralmente descrita por su Real Majestad Queque, la niña carrito del super.
Dibujemos frutas con caria y sombrerosssss mhhh, euforia.
Y ya, vayan a ver sus blogs. Chido el rooooock.